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Los trabajadores sociales se encuentran en todas las facetas de la vida de la comunidad, incluidas las escuelas, los hospitales, las clínicas de salud mental, los centros de la tercera edad, los cargos electos, las consultas privadas, las prisiones, el ejército, las empresas y en numerosos organismos públicos y privados.
Algunos trabajadores sociales ayudan a clientes que se enfrentan a una discapacidad o a una enfermedad potencialmente mortal o a un problema social, como una vivienda inadecuada, el desempleo o el abuso de sustancias. Los trabajadores sociales también ayudan a las familias que tienen graves conflictos domésticos, a veces relacionados con el abuso de niños o del cónyuge.
Algunos trabajadores sociales realizan investigaciones, abogan por la mejora de los servicios, participan en el diseño de sistemas o intervienen en la planificación o el desarrollo de políticas. Muchos trabajadores sociales se especializan en atender a una población concreta o en trabajar en un entorno específico.
Los administradores de trabajo social son líderes proactivos en organismos públicos y privados que prestan servicios a los clientes. Muchos elementos de esta área de la práctica del trabajo social son comunes a la administración en otras organizaciones. Sin embargo, la administración y la gestión también requieren conocimientos sobre la política social y la prestación de servicios sociales, visión para la planificación futura, comprensión del comportamiento humano y compromiso con la ética y los valores del trabajo social.
Los servicios sociales son una serie de servicios públicos destinados a proporcionar apoyo y asistencia a determinados grupos, entre los que suelen estar los desfavorecidos[1]. Pueden ser prestados por particulares, organizaciones privadas e independientes, o administrados por un organismo gubernamental[1] Los servicios sociales están relacionados con el concepto de bienestar y el Estado del bienestar, ya que los países con grandes programas de bienestar suelen proporcionar una amplia gama de servicios sociales[2]. [Antes de la industrialización, la prestación de servicios sociales se limitaba en gran medida a las organizaciones privadas y de beneficencia, y su alcance también era limitado[3]. En la actualidad, los servicios sociales se consideran globalmente como una “función necesaria” de la sociedad y un mecanismo a través del cual los gobiernos pueden abordar los problemas sociales[4].
Voluntarios de Meals on Wheels preparando comida. Este es un ejemplo de organización que presta el servicio social de asistencia alimentaria. Esta organización benéfica no gubernamental se encarga de la obtención, preparación y entrega de alimentos a personas desfavorecidas, como los sin techo.
Servicios de interés económico general
El trabajo social es un campo dinámico que comenzó como un movimiento para reducir la pobreza y la desigualdad. En Canadá, el trabajo social comenzó con un grupo de visitantes a domicilio, voluntarios impulsados a ayudar a las personas vulnerables, difundir la esperanza y defender la justicia social.
A lo largo del último siglo, el trabajo social ha evolucionado hasta convertirse en una disciplina académica y una profesión regulada que se basa en las teorías del trabajo social, las ciencias sociales y las humanidades. El campo avanza a través de la investigación académica, la práctica basada en la evidencia y las formas indígenas de conocimiento.
Los trabajadores sociales son profesionales de la salud regulados que trabajan con individuos, familias, grupos y comunidades para mejorar el bienestar individual y colectivo. Responden a problemas sociales como el racismo, la pobreza y el desempleo. Además, los trabajadores sociales defienden la justicia social, los derechos humanos y el acceso justo a los servicios sanitarios y sociales.
Los trabajadores sociales creen que las personas son ingeniosas, resistentes y capaces. Trabajando en diversos entornos, los trabajadores sociales ayudan a las personas a alcanzar el bienestar físico, mental y espiritual. También se ocupan de problemas sociales generales como la opresión, la discriminación, la violencia doméstica, el desempleo y la pobreza. Lo hacen de muchas maneras diferentes, entre ellas:
Estos servicios son un medio vital para alcanzar objetivos básicos de la UE como la cohesión social, económica y territorial, el alto nivel de empleo, la inclusión social y el crecimiento económico. La UE fomenta la cooperación y el intercambio de buenas prácticas entre los países de la UE para mejorar la calidad de los servicios sociales, y proporciona ayuda financiera para su desarrollo y modernización (por ejemplo, a través del Fondo Social Europeo).
Al modernizar los servicios sociales para responder mejor a las necesidades cambiantes, a los retos sociales (por ejemplo, el envejecimiento de la población) y a las limitaciones de financiación, las autoridades nacionales diversifican cada vez más las formas de organización, prestación y financiación de estos servicios (por ejemplo, mayor descentralización, subcontratación de determinadas tareas a proveedores privados, con o sin ánimo de lucro). Por consiguiente, una proporción cada vez mayor de estos servicios entra en el ámbito de aplicación de las normas comunitarias sobre competencia y mercado interior.
El interés de las autoridades públicas, los proveedores de servicios, los usuarios y otras partes interesadas en el debate sobre la calidad de los servicios sociales es cada vez mayor. La Comisión apoya el desarrollo (en el Comité de Protección Social) de un marco de calidad voluntario de la UE que proporcione directrices sobre cómo establecer, supervisar y evaluar las normas de calidad. Esta iniciativa forma parte de una estrategia que incluye la financiación (a través del programa PROGRESS) de proyectos transnacionales ascendentes para desarrollar mecanismos de definición, medición, evaluación y mejora de la calidad de los servicios sociales.