Custodia y tutela de menores
Ser padre es un gran trabajo y conlleva enormes responsabilidades. En Alemania, muchas de estas responsabilidades y obligaciones están reguladas en las leyes de custodia. El artículo 1626 del Código Civil estipula algunas normas cruciales sobre la custodia de los hijos. Establece que los padres deben cuidar bien de sus hijos y educarlos en un ambiente libre de violencia. Estas normas están destinadas a garantizar que los niños estén protegidos y bien cuidados. Aunque los padres tienen derecho a tomar decisiones en determinados ámbitos de la vida de sus hijos, también deben tener en cuenta los deseos del niño. Respetar la autonomía y las elecciones de los niños es una parte esencial de los derechos de custodia.
Los derechos de custodia incluyen derechos específicos para los niños, por ejemplo, el derecho a una educación sin violencia. Además, en función de la edad y el desarrollo del niño, los padres deben involucrarlo en la toma de decisiones. Por ejemplo, los niños de 15 años o más pueden decidir sobre su religión. En principio, el derecho de custodia pretende garantizar que los niños estén bien y que los padres los cuiden bien.
Los términos tutela, custodia y adopción suelen confundir a la gente, ya que sus diferencias son matizadas y un poco complicadas. Este artículo aborda los conceptos básicos que le conviene conocer si está considerando la adopción o la tutela de su hijo.
Si usted es el tutor de un niño, tendrá los derechos y responsabilidades de cuidarlo hasta que alcance la mayoría de edad. El tribunal utilizará el criterio del “interés superior del niño” para decidir si le conviene tenerlo a usted como tutor.
La principal diferencia entre ambas es que la custodia se centra más en la relación padre-hijo, mientras que la tutela implica la búsqueda de ayuda para las personas que no son mental o físicamente capaces de cuidar de sí mismas.
En última instancia, como padre o madre, es su decisión considerar si la adopción o la tutela es lo mejor para su hijo. El siguiente cuadro resume las principales diferencias entre la adopción y la tutela, lo que podría ayudarle a tomar una decisión informada.
Cuando se trata de la custodia, sólo un tribunal puede conceder la custodia de un niño. Si se requiere una acción judicial, los padres pueden hacer recomendaciones, pero el juez tiene la última palabra sobre quién será designado.
En el caso de la tutela, la decisión final también se toma en el tribunal, pero los padres también pueden nombrar a una persona. Por ejemplo, un progenitor que haya sido encarcelado tiene derecho a nombrar a alguien que considere apto para ocupar su lugar como tutor. (Sin embargo, el progenitor no puede transferir los derechos y obligaciones de custodia sin un proceso judicial).
En general, el proceso para determinar la custodia tiende a ser flexible y está abierto a la modificación en función de cualquier cambio sustancial en las circunstancias, si esa modificación redunda en el interés superior del menor en cuestión.
Por el contrario, las tutelas suelen durar mucho más tiempo, a menudo durante toda la vida del tutor, o hasta que el niño cumpla los 18 años. Esto puede ocurrir aunque las tutelas se concedan a veces de forma temporal o de emergencia.